...La vida...
misteriosa y bella...
Huye a
cualquier intento de clasificarla o entenderla racionalmente, más bien se
conforma con las razones del corazón que con las de la mente.
Hay que
vivirla, también y sobre todo cuando la presión parece aplastarte... en esos
momentos es que probablemente se desarrolla más apego: la mente puede decidirse
por el olvido, mas hay un espíritu que no quiere rendirse y lucha por seguir la
batalla de la existencia.
Duramos años
y años siguiendo pinceladas reveladoras de un estado de plenitud, que nunca se
alcanza y que sin embargo empuja a seguir la búsqueda.
¿Se puede ser
felices?
Se progresa
en el camino de la felicidad en la medida en que nos aceptamos como un todo,
hecho de componentes únicos que nos hacen necesarios en la dinámica del cosmos.
En la medida en que aprendemos a mirarnos con cariño y satisfacción, logramos
abrirnos a los demás y deseamos su éxito y felicidad.
Lo que nos llena no es tanto la comprensión
racional de los procesos, sino la empatía que se genera cuando logramos
compenetrarnos con la esencia del universo: chispas nada más... que sin embargo
nos hacen latir fuerte el corazón.
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