Lo nuestro debe ser un compromiso personal

Citando Primo Mazzolari:
"Nos comprometemos nosotros…
Nos comprometemos nosotros y no los demás;
únicamente nosotros, no los demás;
ni quien está arriba, ni quien está abajo;
ni quien cree, ni quien no cree.
Nos comprometemos,
sin pretender que los demás se comprometan,
con nosotros o por su cuenta,
con nosotros o de otra forma.
Nos comprometemos
sin juzgar a quien no se compromete,
sin acusar a quien no se compromete,
sin condenar a quien no se compromete,
sin buscar la razón porque no se compromete.
El mundo se mueve si nosotros nos ponemos en movimiento,
cambia si nosotros cambiamos,
se renueva si alguien se vuelve creatura nueva.
La primavera comienza con la primera flor,
la noche inicia con la primera estrella,
el río con la primera gota de agua,
el amor con el primer compromiso.
Nos comprometemos
porque nosotros creemos en el amor,
la única certidumbre que no le tiene miedo a confrontarse,
la única que basta
para que nos comprometamos perpetuamente."

Cualquier época de la historia requiere del empeño de hombres y mujeres dispuestos a cambiar su entorno bajo el empuje de un ideal de un mundo mejor, un mundo donde el motor de todo no sea el simple interés económico.
Así que el momento actual no necesita ni algo más ni algo menos de lo que necesita todo momento histórico. Sin embargo, hoy más que nunca ese empeño es necesario, puesto que en los próximos años marcará la diferencia entre la supervivencia o la muerte de la civilización humana así como la conocemos. Las presiones a que el uso pacífico que hacemos cotidianamente de la tecnología expone los sistemas ambientales están seriamente comprometiendo su capacidad de mantener los recursos y servicios que sustentan nuestras sociedades.
En este contexto asume entonces otra perspectiva el decir que hoy más que nunca es indispensable recuperar el sentido de responsabilidad y acción política, en su acepción más noble de trabajo para el bien común. Para esto es necesario testimoniar esquemas nuevos, enfocados en estilos de vida con consumos reducidos y calidad de vida incrementada. Es indispensable asumir el desafío de estilos de vida donde el dinero no es un fin, más bien una herramienta para crear condiciones de vida digna para uno mismo y para los demás. Aprendiendo de la naturaleza, es fundamental sustituir esquemas basados en la competencia con otros fundamentados en la cooperación y la sinergia, enseñando a los jóvenes que el éxito de uno es el éxito del grupo.
Un punto clave para una organización política que quiera promover un verdadero cambio es la formalización de un compromiso de servicio gratuito: es importante que estatutariamente se establezca una barrera a la entrada de los socios de la organización. Es este un elemento clave para reducir el riesgo de degeneración de los principios a la base de una nueva organización: la experiencia nos enseña que cualquier institución, cuál que sea la calidad y rigidez de los principios de sus fundadores, a final de cuenta enfrenta un proceso de progresiva degradación de dichos ideales, a partir del momento en que aumenta la disponibilidad económica con que puedan contar sus socios. Para generar un verdadero cambio en uno mismo primero y en la sociedad después, es importante que cada uno asuma la necesidad de orientar su vida al sacrificio, reconduciendo el término a su etimología de “sacrum facere”, “hacer sagrado”, o sea exaltar la dignidad de un ser humano que piensa y actúa de manera libre y responsable.