¡Es lindo conocer las cosas desde adentro!
Los días aquí están pasando tranquilos y al mismo tiempo cargados de una atmósfera surreal: es raro presenciar una realidad hasta ahora vista sólo en las películas.
Me confirmo cada vez más en mi elección de vivir lejos de los ambientes ricos, aquellos ambientes donde hace falta el “sasón” que hace rica la existencia.
Aquella América, tan idolatrada y espejismo para tantos desesperados o supuestos tales, revela su verdadera cara cuando uno penetra en los suburbios de negros, hispanos, de todos aquellos que son ciudadanos de serie b o c… o sencillamente inexistentes frente a la ley y al mundo formal… el cual a pesar de todo se aprovecha de su invisibilidad.
Hombres y mujeres que frecuentemente viven en un estado de suspensión, con los pies en suelo estadounidense, pero con la mente proyectada hacia su tierra, mandando “caricias de papel” a caras queridas, echando de menos a sonidos, colores, sabores y sonrisas que increíblemente se han vuelto sólo recuerdos: el nuevo mundo no deja espacio a aquella solidaridad que era norma y que ahora parece absurda.
…No se puede esperar ser ricos para ser generosos y solidarios: en general, la generosidad es inversamente proporcional a la cuenta en el banco.
De la misma manera, no se puede esperar tener mucho dinero para ser felices: paradójicamente, la felicidad se disuelve en la nada cuanto mayores son las “cosas” de las cuales uno se rodea… poco a poco, estas apartan personas y amigos, ocupando el lugar dejado vacío por ellos. Y así uno se encuentra infeliz, sin saber bien cómo haya podido ocurrir, ni cómo haya empezado todo.
“Esa es América”!
Nessun commento:
Posta un commento